Sam Outlaw
Escuché
a Sam Outlaw por primera vez a
mediados de abril. Recuerdo estar
tumbado en el sofá, viendo tranquilamente el Telediario de Cuatro cuando, de
repente, una voz atrajo toda mi atención. Fueron cinco o diez segundos, no más.
Pero bastaron para que me quedara con el nombre de un cantante que, casualidad
o no, iba a dar un concierto en Madrid esa misma noche. Al día siguiente,
cambiaría la capital por Barcelona, para dar su segundo concierto en España. Estos
dos serían, hasta la fecha, sus dos
únicos conciertos en nuestro país.
La
primera canción que escuché de Sam fue Ghost
Town. Y joder, qué pedazo de canción. Dedicada
a su madre y a la ciudad que le vio crecer, es una canción triste, porque así,
dicen, es el country. Pero él no prefiere llamarlo así, prefiere definirlo como
“SoCal Country”, una preciosa
combinación de la música country con un espíritu californiano. Su disco, su
primer disco, se titula “Angeleno” y,
como no podía ser de otra forma, está lleno de canciones tristes, pero siempre
dejando un hueco para las canciones felices.
En
verano, volvió a España para dar un concierto en el festival country de Huercasa, en Riaza (Segovia). Y
prometió volver. Sí, otra vez, la que sería la tercera. Y, como no podía ser de
otra manera, confirmó su promesa.
No os
podéis imaginar la alegría que sentí cuando me respondió a ese tweet, cuando ya tenía en mi mano las entradas para el concierto o, como no, cuando iban
pasando los días y acercándose esa fecha tan señalada. Después de mucho, de
demasiado tiempo esperando, el pasado miércoles 2
de noviembre
tuve la oportunidad de asistir a un concierto de Sam Outlaw. En su serie de
cuatro conciertos por España, tuve la suerte de que uno de ellos fuera en Madrid, y allí que fui. Y ojalá pudiera
haber estado en Zaragoza. Y en Valencia. Y en Bilbao. Y en compañía, siempre en buena compañía.
Un concierto es algo irrepetible, único, como tantos y tantos momentos de nuestra vida. Ves a tu cantante o grupo preferido a tan sólo unos metros de ti, y escuchas su voz, disfrutas al máximo de cada momento, de cada canción, de todo. Y yo, por suerte, tuve la suerte de disfrutar de un concierto de uno de mis cantantes favoritos. En primavera, Sam Outlaw sacará un nuevo disco, lleno de nuevas canciones, quizá tristes, pero que traerán muchas, muchas sonrisas. A uno y a otro lado del Atlántico. Siempre.
Un concierto es algo irrepetible, único, como tantos y tantos momentos de nuestra vida. Ves a tu cantante o grupo preferido a tan sólo unos metros de ti, y escuchas su voz, disfrutas al máximo de cada momento, de cada canción, de todo. Y yo, por suerte, tuve la suerte de disfrutar de un concierto de uno de mis cantantes favoritos. En primavera, Sam Outlaw sacará un nuevo disco, lleno de nuevas canciones, quizá tristes, pero que traerán muchas, muchas sonrisas. A uno y a otro lado del Atlántico. Siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Estás en tu derecho de dejar tu comentario.